Bajo el título «Valdepeñas, agua y oficios» acompañamos este fin de semana en las dos primeras experiencias concentradas en única jornada de Jaén a Fondo II
El agua, elemento abiótico clave ya no sólo del modelado del paisaje como agente erosivo en cauces y barrancos, sino también como condicionante de la existencia de vida y base de bosques.
El agua en este caso es inicio y final de recorridos fascinantes en la vecina localidad de Valdepeñas de Jaén y la utilizamos para el comienzo de una mañana de otoño memorable.
Aguas abajo, esta cantarina, brillante, fresca y complaciente corriente se remansa y doma, en su sentido más estricto. Se le hace trabajar para el beneficio común de las sociedades mediterráneas, donde el pan y las hornadas alimentan y endulzan la vida a partir de las harinas que se obtienen.
El oficio de molinero, ya en desuso, cuyo fin es el de alimentar, ha sido y es seña de identidad y de un uso sostenible de los sistemas epistemológicos complejos como son los ecosistemas lacustres, desde la prehistoria.
Muchas gracias a todos y cada uno de los asistentes por compartir momentos maravillosos y a Serafín, propietario del Molino de Santa Ana, por atendernos con tanto mimo.
Repetiremos pronto.
Aprovechamos para recordar que la semana próxima, domingo 25/nov., visitamos el Torcularium de los Robles y se están agotando las plazas. También para la visita de Bedmar y Jimena programada para el sábado día 1 de diciembre.
De momento, estas pocas fotos que me pasan de rincones que disfrutamos…
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