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El paraje del molino del cubo, en el término de Torredonjimeno, Jaén, es uno de esos lugares mágicos, en los que el murmullo del agua nos atrapa y transporta. La imponente mole de sillar que capta el agua desde un arroyo al sur para aprovechar la energía que se libera en su caída, fue construida en el siglo XV por la orden militar de Calatrava, a la que fueran cedidas las conquistas protagonizadas por Fernando III, el Santo, de amplias áreas de prebético y campiña giennense.

Rodeada de olivar, se encuentra en un entorno idóneo donde disfrutar de la hora azul, justo tras el ocaso y antes de la llegada de la noche. Esta hora es especialmente productiva para los aficionados a la fotografía.

Éste es además un lugar ideal para pasear con niños

 

 

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