Continúo compartiendo estos ejercicios, en los que redacto impresiones sobre el aislamiento familiar al que nos vemos sometidos por la crisis del coronavirus.
Estos días atrás me han resultado especialmente duros, la abrumadora cantidad de información me está afectando tanto o más que los problemas domésticos. De los intentos de generar un entorno agradable, amistoso, he ido pasando a esfuerzos titánicos por que no estallen discusiones, gritos y peleas.
Por suerte parece que el sistema de programación de publicaciones en redes sociales funciona, así lo demuestra lo que se publicó esta mañana: una serie de fotos que Google, que tenía abandonado, me indicaba que ya tenían un año.
Como me dijo la que me aguanta como esposo, debería utilizar todo lo que esté en mi mano para reflotar de este naufragio inminente. El gran problema es diseñar una hoja de ruta sin tener claro hacia donde. Las herramientas disponibles parecen multiplicarse y la escasez de tiempo para toma de decisiones incrementa la tensión y hace estragos en la nave.
Nada surge de manera espontánea. Así que tendré que robarle horas al reloj.
Hoy no he salido para nada, todavía. Ni si quiera para fumar. La excusa de ir a comprar el pan para «echar humo» era mi vía de escape, mi mente en blanco durante unos minutos, mi descanso, desde el que tener otra perspectiva.
Sigo con esa sensación de inquietud, desasosiego, intranquilidad… Sensación de haber perdido conexión, de estar mutilado. Es difícil de describir esta sutil forma de ansiedad. Y más complicado aún encontrar el origen.
Estar sin salir de casa…? – No. Sólo eso no. No es. No. Sólo eso no puede ser.
Deepack Chopra compartió ayer un texto precioso: In The Time Of Pandemic. Me hace pensar que si otro modelo es necesario no bastará la buena predisposición para construirlo. También se necesitarán manos y voluntades.
Se me cierran los ojos. Reviso mensajes. Ahora veo que hubiera sido mejor revisarlos antes.
He recibido enlace a un documento que no permite descarga. Pero eso es lo de menos. Es un auténtico regalo, un empujón, una alegría y la re-afirmación de mi compromiso a seguir aportando, proponiendo y construyendo desde Mágina
Me acuesto siendo consciente de que la barrera del primer tercio del tiempo de aislamiento es ficticia. Ya es seguro, será más largo…
COVID19, Reflexiones, sostenibilidad turística
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